(PAC presentada en diciembre de 2014 para la asignatura Psicologia de la comunicació)

A lo primero que tendemos al leer esta pregunta es a dar por supuesto que las TIC han sido las causantes de que el mundo haya cambiado, porque si algo es innegable es que el mundo cambia. Atribuirle ahora el mérito de todo este cambio a las TIC sería caer en un determinismo tecnológico simplista. Es verdad que podemos ver una evolución significativa de nuestra sociedad este último par de décadas (en algunos países en mas o menos tiempo) y que las TIC han favorecido este cambio —Sin olvidar que las propias TIC han ido cambiando en sí mismas—.

Vamos desde lo mas general e iremos concretando. Ha habido 3 hechos temporales, fundamentales en el cambio ocurrido en la sociedad.
1- La llegada del ordenador doméstico, que consigue unificar procesos y que abre las puertas al mundo digital.
2- El desarrollo de internet como canal de comunicación principal (correo, chat, redes sociales, etc.)
3- Movilidad de la comunicación (tablets, pero sobre todo smartphones). La inmediatez en la comunicación y la presencia permanente del mundo digital en nuestras vidas diarias.

El paradigma social en sí se ha visto alterado. Teorías mainstream del siglo pasado han fallado, como podíamos leer en el artículo del diario El PAIS, sobre la idea de que Sillicon Valley iba a cambiar el mundo refuerza esta afirmación. En el imperio romano, si alguien quería ser algo debía estar en Roma. Hoy en día puedes ser una de las personas más conocidas de la sociedad y vivir apartado de la civilización. Esta nueva era se nos demuestra que el “estar en el sitio adecuado” ya no es relevante. Sí lo es quizás aparecer en el momento adecuado.
Dentro de ese paradigma lo habitual era que cuando se descubría una farsa, el farsante era repudiado, en muchos casos castigado. Hoy en día es buscada y seguida la simulación de la realidad del individuo en Youtube o Facebook. Podemos moldear quienes somos en función de lo que proyectemos y los demás lo aceptarán como parte del producto.
Esto nos enlaza con el concepto de “prosumidor” (productor + consumidor) que Toffler acuñó en los ’50 y que llega a su máxima expresión en nuestra época actual. Por ejemplo, en Facebook publicamos la ropa que hemos comprado, la comida que vamos a tomar, los conciertos a los que asistimos, etc. Lanzamos a la red nuestro “producto”. Este es consumido por otros individuos que actúan del mismo modo. En la era pre-digital eso quedaba casi en exclusiva de los columnistas en sus artículos de opinión en los periódicos: Los expertos en la materia. Un caso interesante es el de Pierre Omidyar, fundador de Ebay. Omidyar basa su negocio en la idea de lo que es ser un “prosumidor”. Los usuarios son los productores y consumidores de los servicios de la compañía. Convierten la actividad de ir de compras en algo que requiere de concentración y que genera tensión, competitividad y, cuando se gana, euforia.

Concretando un poco mas en lo referente a la comunicación, aquí encontramos muchas diferencias comparadas con la etapa pre-digital. Lo primero es la generación de nuevos canales: Chats, redes sociales, mensajería instantánea individualizada (evolucionada a su vez hacia la omnipresente aplicación Whatsapp, pasando a su vez a ser grupal), etc. Además de otras variantes que fusionan estos canales (P. Ej. Twitter).
Aunque lo mas impresionante bajo mi punto de vista a sido la generación de un nuevo código de comunicación:
La morfología, la sintaxis y las normas lingüísticas en general se han alterado intencionadamente —llegando a relacionar el uso de ciertos canales con el empobrecimiento de la lengua— en pro de la agilidad en el envío del mensaje. Aquí podríamos encontrar de todos modos un símil en el tratamiento del mensaje con el invento del telégrafo en el siglo XIX.

La inclusión en el lenguaje escrito de iconos gráficos, iniciados con la combinación de un par de letras o signos de puntuación, que luego evolucionaron a los emoticonos y que actualmente incluyen hasta animaciones deben ser entendidas como un enriquecimiento del lenguaje y no una simplificación del mismo. Ahora el individuo es capaz transmitir emociones intensas mediante este nuevo código, lenguaje combinado de frases y símbolos, aún no teniendo la capacidad de expresión de un Pablo Neruda. Con unas pulsaciones podemos transmitir deseo, sarcasmo, felicidad, tristeza, seriedad, desprecio, etc. Si enviamos a nuestra pareja una cara de princesa, un corazón y dos veces una cara con corazones en los ojos, nos hemos convertido en auténticos poetas y si lo acompañamos de (una foto de) un ramo de flores ya somos Casanovas de primer grado.

Incluso algo que ha permanecido inalterado en el ser humano como es su necesidad de conservar su conocimiento e historia se ha visto transformado por las TIC. La cita de Edgar Alan Poe sobre ese miedo al olvido del ser humano, “ningún pensamiento puede perecer”, junto con la idea de Borges de
la creación de un universo/biblioteca donde toda la memoria y conocimientos del ser humano puedan quedan recogidos, se pueden ver reflejados en el mundo digital. El universo se ha creado pero sigue habiendo un lugar físico donde se almacena toda esa biblioteca: Pasillos de servidores que suplen a los pasillos de estanterías cargadas de libros. La memoria ya no se mide en volúmenes, ahora se mide en bytes .
Cabe de todos modos diferenciar la Wikipedia, como ejemplo de biblioteca digital, de las grandes bibliotecas. En Wikipedia todo el mundo puede ser un experto, de ahí la dificultad para consensuar un artículo o entrada. El concepto de realidad nunca llega a ser definitivo.

Por ultimo es necesario el destacar la omnipresencia de las TIC en nuestra sociedad dentro de todos los sectores, tanto políticos como sociales. Por todo ello creo correcto afirmar que las TIC por si no cambian el mundo, sino que las sociedades cambian el mundo mediante el uso y la mejora continua de las tecnologías de la información y la comunicación.